Habla como nunca sobre el peor secreto: Gustavo Guillermo sabe cosas sobre Rocío Carrasco y le quieren desacreditar
Tras el decepcionante estreno de Gran Hermano Vip 8 en términos de audiencia, con un casting muy criticado en las redes sociales por la ausencia de “grandes nombres”, lo cierto es que hay muchas esperanzas en la figura de Gustavo Guillermo.
El ex chófer de María Teresa Campos, con la que estuvo 34 años, ha entrado en la casa de Guadalix de la Sierra, con la intención de aprovechar la oportunidad, “Me encuentro feliz de estar aquí, pero la pena la llevo por dentro. Pero esto para mí ha sido un regalo de ella. Antes del verano decidí entrar. Ella hubiera querido que estuviese aquí, eso seguro. Y es que ella me decía siempre: «Coge cualquier oportunidad». Yo antes había renunciado a otras cosas y este era el momento, sé que estoy aquí por ella. Le mando un beso al cielo”, fueron sus palabras nada más entrar a la casa en memoria de la que él consideraba su “otra madre”.
Los secretos de Gustavo le cuestan muchos ataques
Gustavo siempre se ha caracterizado por un perfil bajo, tanto que incluso cuando Kiko Hernández le acusó de haber traicionado al clan Campos, él le demandó por vulneración de la privacidad, el honor y la propia imagen. Y es que Gustavo guarda muchos secretos de la familia Campos, y de algunos otros.
Según cuenta el periodista Jesús Manuel Ruiz, muchas de los mensajes que ha lanzado el chófer en su estancia en la casa, no han ido dirigidos a las hijas de María Teresa Campos, sino más bien a un nombre que está vetado en Mediaset, Rocío Carrasco y su pareja, Fidel Albiac. Al parecer, Gustavo guarda muchos secretos de la verdadera relación de la hija de Rocío Jurado, que pueden hacer cambiar la perspectiva de más de uno. Y es que hubo un tiempo que Gustavo visitaba con el coche la residencia de Rocío y Fidel, y los llevaba también a casa de María Teresa.
Tal vez por eso, y por miedo a que desvele algún que otro secreto del Clan Campos, las hijas y su sobrina, Alejandra Rubio, han comenzado una batalla de desprestigio hacia el chófer, con el afán desacreditar todo aquello que pueda llegar a contar.
