El capítulo más duro para Miguel Bosé: "Está a punto de morir de SIDA"

 La serie Bosé llega en el día de hoy en Telecinco al capítulo que recoge uno de los momentos más difíciles de la carrera del cantante, cuando algunos medios de comunicación dieron la noticia del fallecimiento del artista, por una controvertida enfermedad en esos tiempos.

El 16 de octubre de 1992, Radio España comunicó que Miguel Bosé había muerto por sida. Una noticia que corrió como la pólvora, hasta el punto de que el propio artista, que habitualmente ignoraba las mentiras que sobre él publica la prensa, decidió dar la cara y salir al paso en un conocido programa de televisión, 'Queremos saber', de Mercedes Milá.

Una histórica entrevista recreada en la ficción

El programa fue un auténtico éxito de audiencias. En él Milá habló con periodistas como Concha García Campoy y Beatriz Cortázar, quienes le explicaron que la noticia les llegó a las redacciones por una llamada anónima que advertía que Miguel Bosé se encontraba en el Hospital Ramón y Cajal, agonizando por sida en fase terminal. Un rumor sin contrastar, que la radio dio pábulo, y se convirtió en una ola que tuvo que frenar el propio Bosé.

El capítulo recoge varias de las frases más célebres de aquella conversación entre Milá y Bosé, “No sé si darte las buenas noches o qué darte porque verdaderamente mucha gente quería comprobar que estabas vivo y sobre todo dar la cara”, comenzaba la entrevista. La respuesta del cantante y actor fue, “He vivido esto con mucha furia. Mientras estas noticias se desarrollaban y vosotros la recibíais mejor que yo, yo estaba en Francia, en Normandía, terminando de rodar una película. Me llegó la noticia al cabo de una semana. La gente más cercana impidió que me llegase la noticia, pero al final me llamaron”.

En la serie se reproduce la incómoda pregunta de Milá sobre si se había hecho el test de VIH/sida, a lo que el cantante explica que la productora de Francia le obligó a ello. Asimismo  se refleja la icónica imagen de la presentadora agarrando de la mano a Bosé, visiblemente derrumbado y a punto de llorar. Igualmente recuerdan la anécdota del avión que da a entender el estigma del VIH en aquellos años, “En el avión, cuando llegué, había tres filas y las dos personas que estaban a mi lado. Pasé por delante, me senté. El primero no me reconoció, y de repente el señor de al lado se quedó lívido, recogió sus papeles y se fue a otro sitio a sentarse”.

Por último también recoge el alegato del cantante cuando Milá le pregunta si había una obsesión por matarle, “No. Hay una obsesión por llamarme drogadicto y por llamarme maricón. La gente no sabe cómo llegar a decir 'drogadicto-maricón-te-hemos-pillado'. Y si fuese drogadicto, ¿qué? ¿A quién le importa? Y si fuese maricón, ¿qué?, ¿a quién le importa? Señores, que cada uno tenga derecho de amarse como le dé la gana. Estamos en 1992. ¡Basta ya! ¡Basta ya de tantas tonterías! Solo hay dos personas que pueden juzgarme y no lo hacen: mi padre y mi madre”.



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