"Tiene usted muy poca vergüenza" Sonsoles Ónega pierde los papeles y estalla contra una señora del público ''Le cierra la boca en pleno Directo''
Divertido y curioso momento el protagonizado este jueves, 15 de junio, por Sonsoles Ónega y una de las asistentes al plató como público.
En un momento dado de Y ahora, Sonsoles, la presentadora se acercaba a los asistentes para preguntarles por sus horas de sueño, ya que estaban a punto de abordar las causas por las que de mayor se duermen menos horas, pero aprovechaba de paso para afearle a una de ellas, con humor, un gesto captado por ella misma.
"Estamos a jueves y hay gente que ya lleva un cansancio y un agotamiento... usted lo sabe, porque le he visto pegarse un pedazo de bostezo... Es que la he visto y he pensado '¡pero madre del amor hermoso!", le espetaba con humor la periodista a una de las señoras sentadas en la grada, algo que esta no negaba: "Parece que es psicológico, vengo a los platós y no sé si es por las luces, pero me dan ganas de bostezar".
"¿Pero no se aburre aquí, no?", le preguntaba Sonsoles, con esta negando la mayor, una respuesta que convencía a la presentadora: "Ah bueno, menos mal. Es que antes he escuchado una risotada y al mirar te he visto bostezar mucho".
"Pienso que es una cosa psicológica, es entrar aquí y con las luces me canso ya", sostenía nuevamente Taitini, entre risas. Ónega optaba entonces por continuar preguntando al resto de asistentes por sus horas habituales de sueño, no sin antes dejar claro que difería, y mucho, con la señora: "Es algo que yo no he escuchado en mi vida. A mí es entrar aquí y me da un subidón... ¡y eso que es jueves!".
Otra asistente afirmaba acto seguido dormir ocho horas, con lo que su ejemplo no le servía de mucho, por lo que Sonsoles Ónega volvía a Taitini quien, para su desconcierto, le confesaba haber dormido 11 horas: "¡11 horas! Le voy a decir una cosa, Taitini, ¡tiene usted muy poca vergüenza de bostezar después de haber dormido 11 horas!", le espetaba con mucha sorna.
Lo más curioso es que posteriormente Ónega se acercaba a otra señora, la cual reconocía dormir nada más y nada menos que solo tres horas, ya que le gustaba aprovechar al máximo cada momento del día. "Usted duerme tres horas y luego Taitini está bostezando tras dormir 11 horas.
¡El mundo al revés!", sentenciaba atónita Sonsoles antes de regresar de nuevo a su mesa para abordar en profundidad, ahora si, las causas de ese menor tiempo de sueño en la tercera edad.